Los barcos se dirigen al Océano Antártico a través de una ruta infame, icónica, alrededor del Cabo de Hornos y Brasil. Habrá grandes olas, agua helada y vientos fuertes. Todos los equipos deben estar perfectamente preparados, velar por la seguridad y no perderse ni un detalle de la etapa más dura de la Vuelta al Mundo.