Este martes se reanudaba la búsqueda de los cuatro navegantes británicos del Cheeki Rafiki hundido en el Atlántico tras su participación en la regata caribeña de Antigua y del que se perdió la pista el viernes 16 de mayo por la tarde.
La Guardia Costera de los EE.UU. está rastreando un área de 100 Km2, a mil millas al Este de Cape Cod. Además de los aviones estadounidenses y canadienses también se ha sumado un Hércules de la Fuerza Aérea Real de Inglaterra y varias embarcaciones. Hay, pues, cinco barcos comerciales en los servicios que junto con al menos 30 yates privados intentan localizar por todos los medios al barco hundido.
Todavía hay esperanzas de encontrar con vida a Andrew Bridge, James Male, Steve Warren y Paul Goslin, unas expectativas relacionadas con la posibilidad de que fueran capaces de quedarse en la balsa salvavidas que tenía el First 40.7.
La supervivencia en estas aguas, de alrededor de 15º, no excede de las 20 horas según las tablas de la USCG, a menos que el o los náufragos se encuentren en la balsa salvavidas y hayan podido mantener el calor corporal. Una de las dudas más inquietantes es que no hay forma de saber si los náufragos pudieron lanzar la balsa correctamente debido a que en el momento del siniestro las condiciones eran de viento de hasta 50 nudos con olas de hasta cinco metros. ¿Tuvieron tiempo para desplegar el operativo con todas las garantías?
Lo más urgente ahora, por tanto, es localizar el naufragio y a partir de aquí verificarlo y dilucidar todas las hipótesis posibles. En la mañana de este mismo jueves uno de los barcos participantes en la investigación informó del avistamiento de restos de madera y residuos de plástico en el área de la investigación, pero que por el momento no se atribuyen al Cheeki Rafiki. El almirante James Loy, ex comandante de la Guardia Costera de EE.UU. , declaraba que la principal teoría, a día de hoy, es que “los cuatro marineros británicos están, por desgracia, probablemente muertos”.
La noticia, una de las más divulgadas estos días en Inglaterra, ha conmocionado el mundo de las regatas y al sector en general. Deseamos y esperamos que la investigación pueda ofrecernos buenas noticias en breve.