La expedición Malaspina, realizada en 2010 y liderada por la UCA, sigue aportando conclusiones de gran interés para el mundo de la ciencia. Esta misma semana se publicaba en la revista ‘Nature Communications’, los resultados de un estudio indican que entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad (conocida como zona mesopelágica) habita una población de peces diez veces superior en número de lo que se creía.
Los profesores Fidel Echevarría y Juan Ignacio González-Gordillo, del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz y adscritos al Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEIMAR), han participado en esta investigación liderada por Xabier Irigoien (AZTI-Tecnalia). Hasta hoy se estimaba que el stock total de peces en el planeta estaba alrededor de las 2.000 millones de toneladas. De ellos, aproximadamente la mitad serían peces mesopelágicos. Sin embargo, este equipo ha descubierto que su abundancia podría ser al menos 10 veces superior a este cálculo.
Los peces mesopelágicos pasan el día en la zona de penumbra del océano y suben a alimentarse a la superficie durante la noche, en lo que se puede considerar la mayor migración animal del planeta. Forman una parte importante de la alimentación de los túnidos (familia de peces como el atún o el bonito), pero al no ser pescados comercialmente siguen siendo unos grandes desconocidos.
En este nuevo estudio, los investigadores han combinado datos acústicos de la expedición Malaspina con un modelo trófico para concluir que la biomasa de estos peces debe de ser al menos 10 veces más alta de lo que se había estimado anteriormente. Al alimentarse en superficie y migrar diariamente a profundidades de más de 500 metros, los peces mesopelágicos aceleran el transporte de CO2 al fondo del océano. También contribuyen a aumentar el consumo de oxígeno en aguas profundas. Las nuevas estimas de biomasa indican que su papel en los ciclos biogeoquímicos del océano debe evaluarse de nuevo.
La estela de Malaspina
La expedición Malaspina es un proyecto Consolider-Ingenio 2010, liderado por Carlos Duarte, del CSIC, y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Malaspina comprende 27 grupos de investigación del CSIC, el Instituto Español de Oceanografía, 16 universidades españolas, un museo, el centro tecnológico AZTI-Tecnalia y la Armada Española.
Este proyecto llevó a 400 investigadores a dar la vuelta al mundo a bordo de los buques Hespérides y Sarmiento de Gamboa durante siete meses con el objetivo de analizar la biodiversidad de los organismos marinos que viven a gran profundidad además de evaluar el impacto del cambio global en el océano. Se trata de un estudio interdisciplinar, en el que se abordan cuestiones físicas, químicas, biológicas, e incluso aspectos históricos relacionados con la expedición científica liderada por el marino Alejandro Malaspina a finales del siglo XVIII. Uno de sus aspectos más novedosos fue el protagonismo que se dio a la formación. De hecho, además de los investigadores, participaron en esta campaña más de 50 estudiantes que han realizado ya o están realizando en estos momentos sus tesis doctorales o desarrollan trabajos de investigación como proyecto final de máster. Precisamente, el doctor Echevarría de la UCA fue el coordinador del bloque de formación del proyecto Malaspina 2010 y desde hace unos días es director general del Campus de Excelencia Internacional del Mar (Cei.mar).