Meras estrategias para “apretar” las negociaciones ante un primer borrador del Protocolo, que no les satisfacía y que obligaron a ceder a un Grant Dalton (mandamás del Team New Zealand), obligándole a democratizar el evento y dejar de lado su exagerado autoritarismo en la reciente edición de Barcelona 2024. Viendo los cambios, se intuyen las exigencias del francés Orient Express y del suizo Alinghi que creo está muy muy cerca de volver al ruedo, y acaso también al equipo local Luna Rossa.
El cambio más importante es la creación de America’s Cup Parternship (ACP) como entidad organizadora del evento, empresa en la que participarán todos los equipos inscritos. Me recuerda mucho al modelo que Alinghi creo voluntariamente para su defensa en Valencia 2007, separando uvas y limones al crear America’s Cup Management para gestionar el propio evento. Se busca la imparcialidad puesta en duda en Barcelona, y me asalta la curiosidad por conocer las personas designadas para gestionar ACP, y de sus diversos departamentos. El más importante es el Arbitration Panel, encargado de dirimir quejas, protestas y disputas de los equipos entre sí, con las reglas o con el Defender, que ha logrado poder designar a uno de sus tres miembros. Los equipos tendrán derecho a repartirse los beneficios de la explotación del evento en la parte proporcional que establezcan. Batalla creo que innegociable para que Alinghi quiera volver a competir.
ACP se nutre económicamente de una parte de las inscripciones más un pago simbólico adicional de los equipos. Y digo simbólico porque de los 7 millones de euros de inscripción de cada Challenger, 2 se destinan directamente a ACP, mientras el pago adicional es de 25.000 euros, meros cacahuetes como gustan decir los anglosajones. Por cierto, el Defender Team New Zealand está exento del pago de inscripción.
Se usarán los mismos cascos AC75 que en la pasada edición, y si un equipo nuevo accede podrá construirse uno acorde a un diseño de 2024 o bien comprar uno de segunda mano, mientras que hay libertad para diseñar nuevos apéndices y aparejos, áreas que ahora centrarán todo el trabajo de los diseñadores, especialmente al simplificarse todo lo relativo a los sistemas. El presupuesto de los equipos establece un límite de 75 millones de euros, que sin duda será especialmente del agrado del más “débil” económicamente Orient Express. La exención de los derechos de inscripción de Team New Zealand se traduce en que tendría casi un 10% más de su presupuesto efectivo, salvo que se me haya escapado algo al respecto en revisando el Protocol en forma de que el límite presupuestario no incluya los derechos de inscripción.
En lo referente a las tripulaciones hay cambios significativos. En Nápoles competirán cinco regatistas en vez de los anteriores ocho. Al autorizarse el uso de energía eléctrica acumulable los cyclors, desparecen los cuatro ¿navegantes? que pedaleaban sin cesar para obtener la suficiente energía capaz de ajustar velas y apéndices. Tal que así, a los cuatro anteriores regatistas plenamente dedicados al manejo del barco y la táctica, se une uno más, que presumiblemente se centrará en la táctica. Como cinco es una cifra impar, nada mejor que recuperar la figura de un invitado a bordo (otra vez a imagen y semejanza de Valencia 2007) y equilibrar el peso en ambas bandas. Eso sí, ninguno de los cinco podrá competir en regatas de monocascos con foils sin la expresa autorización de ACP. Supongo que no habrá objeciones para que puedan hacerlo en Moth, clase en la que compiten bastantes de los tripulantes de la America’s Cup.
Otra gran batalla ganada por los Challengers en el nuevo Protocolo, es que se autorizan dos tripulantes extranjeros en cada equipo, y que uno de esos tres nacionales sea una mujer. Los dos extranjeros me parecen un larga y mullida alfombra roja tendida para que Alinghi se anime, vista la relativa carencia de talento de su tripulación en Barcelona, y de paso una gran noticia para los italianos del Luna Rossa. Pues a buen seguro nos permitirá de ver de nuevo en acción a Peter Burling, tres veces medallista olímpico y patrón de los kiwis en sus últimas tres victorias, quien anteriormente al Protocolo fichó por los italianos Luna Rossa. Se decía que Dalton le exigía dedicación exclusiva y Burling no quiso renunciar a su esquipo de SailGP.
La Youth & Women’s America’s Cup se repetirá, con los equipos grandes obligados y otros invitados a participar por la organización, a imagen y semejanza de la anterior edición. ¿Repetirá un equipo español en Nápoles? Confiemos que logren organizarse y conseguir el presupuesto necesario sin el apoyo de Grant Dalton. Se volverán a disputar en los AC 40, que asimismo podrán emplear los equipos grandes como entrenamiento. Las reglas acordadas limitan los entrenamientos con los AC 75 a dos periodos de 45 días, más unos días extras: Orient Express (10 días), Alinghi (8 días), American Magic (6 días), extras: 10 días Luna Rossa (4 días) y dos días para Athena Racing, el nuevo equipo británico de Ben Ainslie tras romper peras con el magnate propietario de la compañía Ineos y del anterior team de las islas. Esto se ha establecido en base a los equipos de la pasada edición, que probablemente repetirán en su intento de derrotar al Team New Zealand y alzar la preciada jarra de plata. Si llega un nuevo equipo, tendrá derecho a 20 días extras de entrenamientos.
En cuanto al formato en sí mismo pocos cambios. Regatas preliminares previstas para 2026 y 2027, las primeras en los AC 40 y finalmente con los AC 75, combinando en cada evento una serie en flota antes del match rece final. La serie de los challengers, donde de nuevo podrá competir el Defender en la primera fase, prevé un inicio en flota antes de las semifinales y de ahí a la final, salvo que no haya más de tres desafiantes. Entonces los dos primeros de la fase inicial serían automáticamente los finalistas.
¡¡Ah!! Y entre otras menudencias del Protocolo, me agrada especialmente que se autorice de nuevo que los equipos puedan vender merchandising en sus bases, que sin duda fomentará la visita del público a las sedes de los equipos, que en Barcelona estuvieron cerradas para ellos. Me asalta la curiosidad por ver la tienda de Luna Rossa en Nápoles, puede ser espectacular.
Ahora solo queda esperar a que termine el plazo de inscripción para ver si tendremos seis equipos, o quizás alguno nuevo. ¿Alguien mencionó a Artemis? Podría ser que, si hay pocos equipos no desafiantes, no veamos las semifinales. O que sea una exitosa edición con siete equipos ¡Se abren las apuestas!